lunes, 7 de diciembre de 2009
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El corazón es de la misma sustancia que el cielo.
Para un pensamiento alegre es
como la Estrella de los Justos, o un feliz presagio.
Para un pensamiento encolerizado es
como la tempestad y la tormenta.
Para un pensamiento compasivo es
como la brisa y el rocío.
Para un pensamiento severo es
como un sol ardiente o una helada otoñal.
Todos esos aspectos se alternan, basta con aceptar su irrupción o desaparición para sentirse libre como el universo,
de la misma sustancia que el cielo.
Hong Zicheng.
1 comentario:
Hola nuevamente:
Italo Calvino, los sentidos se agitan (cuantos recuerdos)
Gracias por estos "Imaginantes" son muy bellos y me dan pistas para mi lista de lecturas. Creo que ando en el mismo escalón de Javier Krahe:
(...) habrá que leer un libro! no todo va ser...pensar?
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