miércoles, 17 de febrero de 2010

Si no creyera en la locura...

Si, no creyera en la locura….Pero si creo, creo que la locura nos permite ver la realidad que se esconde entre tantos cuerdos.

Yo que estoy viva, pero navego entre un mundo de muertos, soy una loca. Un ser al borde de la línea, caminando en el filo de la espada. Si se dispara el gatillo que abre la compuerta de la locura podría saltar al vacío sin tener consciencia de ello, puesto que ando al borde de la realidad, en el límite de la vida.
Más abajo está la muerte, abre sus alas negras y espera que en cualquier momento dé el salto definitivo.

Así que durante toda mi vida he buscado ha que aferrarme, algo que me anclara en esta realidad de todos. Ellos son mis hijos y siempre han estado ahí necesitando de mi presencia, aguardando. Y a pesar de seguir caminando entre esos mundos que habitan sólo los desposeídos, los necios, siempre retornaba a casa junto a los otros míos.
Se que vivo en este mundo pero no soy de él. El amor es lo que siempre me ha mantenido en el filo de la espada.

Un día fui a una de mis guaridas y allí no roge, no pedí, no imploré; Ordené al cielo que tomara lo que era suyo y se hiciera cargo de ello.
El cielo me obedeció.
Doy las gracias, sigo siendo una caminante del cielo al filo de una espada, pero en la tierra posó mis pies y de vez en cuando hecho el ancla. Por AMOR sólo por AMOR.

A ti que se te ha dado la gracia de reconstruirte: créate un ego, un firme y vigoroso ego, hunde sus raíces en la tierra hasta donde el sustrato lo mantenga firme, dale tu corazón de guerrero y que la savia fluya por sus venas, luego con amorosa calma y complacencia enrédate en él, capa a capa, como la hiedra. Permite que los que te aman participen del juego de la creación, y daté un nombre Raul (por ejemplo).
Toma tu barco: Oh Capitán, mi capitan! Y disfruta de las cosas simples. El Mundo se salva, sólo, si te salvas tu.

2 comentarios:

Carmen dijo...

El cerebro tiene dos railes:

Están el raíl izquierdo y el raíl derecho. El izquierdo siempre quiere más, avanzar hacia adelante, no para de pensar, y el derecho es radicalmente lo opuesto. No hay adónde ir, pero ya estás en paz. Son los hemisferios del cerebro.
Cuéntenos más cosas de los raíles de la vía del tren
El lado izquierdo es el hemisferio de la mente pequeña, el derecho es el de la gran mente. El izquierdo trabaja analíticamente, está limitado, constreñido. Nos separa del resto de la existencia. El derecho es creatividad, intuición, instinto. No hay fronteras, no hay límites, no estamos separados de los otros seres y somos el mismo ser.

Dennis Genpo Merzel, maestro zen

Los dos hemisferios del cerebro
¿Hacia dónde gira la espada?
La creatividad es una asignatura pendiente
La relación entre las manos y la mente.

Extraido de Plano Creativo.
Yo misma-mente comentándome a través de Plano creativo.

Anónimo dijo...

GRACIAS, KARMA.
te quiero.