jueves, 11 de marzo de 2010

Tus hijos no son tus hijos, son HIJOS e HIJAS de la vida,
deseosa de si misma.
No vienen de ti sino a través de ti y, aunque estén contigo, no te pertenecen.
Puedes (y debes) darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues ellos
tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas
viven en la casa del mañana…
que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no intentes
hacerlos semejantes a ti.
Porque la vida no puede retroceder, ni siquiera se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación, en tu mano de arquero, sea para la alegría.
(Khalil Gibran)

No hay comentarios: