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El corazón es de la misma sustancia que el cielo.
Para un pensamiento alegre es
como la Estrella de los Justos, o un feliz presagio.
Para un pensamiento encolerizado es
como la tempestad y la tormenta.
Para un pensamiento compasivo es
como la brisa y el rocío.
Para un pensamiento severo es
como un sol ardiente o una helada otoñal.
Todos esos aspectos se alternan, basta con aceptar su irrupción o desaparición para sentirse libre como el universo,
de la misma sustancia que el cielo.
Hong Zicheng.
2 comentarios:
Si como sigamos así, van a querer que no veamos como vuelan los pájaros, como se mueven las olas o el devenir de nuestros pasos...¡A las barricadas!...¡Gomados para esos asnos (que me perdonen los asnos)!. Revolution, revolution....que nos vamos a tener que fumar los tojos.¡A las barricadas!
Pues eso, dime cuando y cómo?
Oye, lo de los tojos... tu crees....que bueno, probamos?
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