miércoles, 8 de diciembre de 2010

NO TE CONFUNDAS CON LAS COSAS, ES DECIR, CON EL CUERPO


3 comentarios:

Roke dijo...

QUIERO PUBLICAR EL MITO DE PERSEO EN LA VERSION DE D.HARDING,PERO NO SOY CAPAZ DE SUBIRLO, ASÍ QUE EL QUE QUIERA LEERLO AQUÍ, AHÍ VA UNA PARTE:

Tal es, brevemente, la famosa leyenda de Perseo y Medusa la Gorgona. Acordemente a la interpretación que sigue, Perseo es cada hombre —en particular, mí mismo en gesta de realizar Quién soy yo realmente, mi verdadera Identidad.

(a) El héroe Divino-humano
Por una parte (la de su madre) Perseo era mortal; por la otra (la de su padre) divino. Mi naturaleza es dual. Visto desde afuera, parezco enteramente humano; desde adentro, no soy nada de eso.

(b) La Caída
Perseo está en el mar, abandonado, todo rastro de divinidad desaparecido, en peligro de muerte. Así, nuevamente, conmigo. Estoy perdido. Ciertamente he venido a menos en el mundo.

(c) La Tarea
Al alcanzar la madurez, a Perseo se le requiere que resuelva el problema, llamado adecuadamente «petrificación». En otras palabras, solidificación, la idea universal pero falsa de que uno está encerrado en un cuerpo, sepultado, aprisionado, condensado y encogido dentro de una cosa limitada, substancial, opaca, coloreada, un objeto como esos de ahí afuera. Para mí mismo, al crecer desde la infancia, la cara de mi madre, cada cara que veo, deviene en efecto la de Medusa, siempre diciéndome, «Tú también eres como esto: la cosa a la que estás mirando es tu clave para la cosa desde donde tu estás mirando». Mi tarea es ver esta mentira. Tengo que encontrar un modo de mirar a esa cara, de contender con ella, sin dejar que me petrifique — un modo de ver que yo no soy como eso en absoluto. Para esta gran tarea estoy ya maravillosamente equipado, como sigue:

(I) El Tercer Ojo. Para comenzar no puede hacer nada mejor que, como Perseo, encontrar mi Ojo Único o Tercer Ojo. ¡El hecho es que solamente tengo que notar que jamás he mirado desde nada más! Solo tengo que contar, con toda honestidad y simplicidad, el número de ventanas que mi «casa de arcilla» tiene realmente, vista desde adentro. Y, habiendo contado una, notar como esta enorme e inmaculada Ventana no tiene ningún marco y no está puesta en ninguna pared y no tiene ninguna estructura en este lado de ella. Mi fachada con dos ventanas existe solo para los otros.

(II) Las Sandalias Aladas. Nuevamente, tan pronto como tengo el coraje y la honestidad de prestar atención, descubro que el mundo se da como bi-dimensional —alto, ancho y sin profundidad. La distancia es un artilugio artero, una ficción social conveniente. Yo veo claramente que no estoy más lejos de aquella estrella que de esa copa de árbol, ni más lejos de esa copa de árbol que de esta mano. Mirando hacia mí mismo justamente aquí, yo no estoy en el mundo en absoluto: él está en mí. Mientras que Perseo, calzado con las Sandalias Aladas, va por todas partes, velozmente, yo soy por todas partes, instantáneamente.

(III) El Zurrón Mágico. Como Perseo, nuevamente, yo estoy provisto del Zurrón Mágico, el Vacío de aquí que está siempre acogiendo y produciendo todos los tesoros del mundo. En verdad yo soy esta Bolsa o Cuerno de la Abundancia Sin Fondo. Mi esencia misma es Capacidad, con sitio y disponibilidad para todas las formas y colores y sonidos y olores y sabores y sensaciones y pensamientos que entran y salen de Ella.

(IV) El Casco de Invisibilidad. El Casco encaja, y yo lo llevo —¡y no encuentro a nadie llevándolo! Yo desaparezco, no para los otros ahí, sino para mí mismo aquí.

SALUDOS, ROKE

Roke dijo...

QUIERO PUBLICAR EL MITO DE PERSEO EN LA VERSION DE D.HARDING,PERO NO SOY CAPAZ DE SUBIRLO, ASÍ QUE EL QUE QUIERA LEERLO AQUÍ, AHÍ VA UNA PARTE:

Tal es, brevemente, la famosa leyenda de Perseo y Medusa la Gorgona. Acordemente a la interpretación que sigue, Perseo es cada hombre —en particular, mí mismo en gesta de realizar Quién soy yo realmente, mi verdadera Identidad.

(a) El héroe Divino-humano
Por una parte (la de su madre) Perseo era mortal; por la otra (la de su padre) divino. Mi naturaleza es dual. Visto desde afuera, parezco enteramente humano; desde adentro, no soy nada de eso.

(b) La Caída
Perseo está en el mar, abandonado, todo rastro de divinidad desaparecido, en peligro de muerte. Así, nuevamente, conmigo. Estoy perdido. Ciertamente he venido a menos en el mundo.

(c) La Tarea
Al alcanzar la madurez, a Perseo se le requiere que resuelva el problema, llamado adecuadamente «petrificación». En otras palabras, solidificación, la idea universal pero falsa de que uno está encerrado en un cuerpo, sepultado, aprisionado, condensado y encogido dentro de una cosa limitada, substancial, opaca, coloreada, un objeto como esos de ahí afuera. Para mí mismo, al crecer desde la infancia, la cara de mi madre, cada cara que veo, deviene en efecto la de Medusa, siempre diciéndome, «Tú también eres como esto: la cosa a la que estás mirando es tu clave para la cosa desde donde tu estás mirando». Mi tarea es ver esta mentira. Tengo que encontrar un modo de mirar a esa cara, de contender con ella, sin dejar que me petrifique — un modo de ver que yo no soy como eso en absoluto. Para esta gran tarea estoy ya maravillosamente equipado, como sigue:

(I) El Tercer Ojo. Para comenzar no puede hacer nada mejor que, como Perseo, encontrar mi Ojo Único o Tercer Ojo. ¡El hecho es que solamente tengo que notar que jamás he mirado desde nada más! Solo tengo que contar, con toda honestidad y simplicidad, el número de ventanas que mi «casa de arcilla» tiene realmente, vista desde adentro. Y, habiendo contado una, notar como esta enorme e inmaculada Ventana no tiene ningún marco y no está puesta en ninguna pared y no tiene ninguna estructura en este lado de ella. Mi fachada con dos ventanas existe solo para los otros.

(II) Las Sandalias Aladas. Nuevamente, tan pronto como tengo el coraje y la honestidad de prestar atención, descubro que el mundo se da como bi-dimensional —alto, ancho y sin profundidad. La distancia es un artilugio artero, una ficción social conveniente. Yo veo claramente que no estoy más lejos de aquella estrella que de esa copa de árbol, ni más lejos de esa copa de árbol que de esta mano. Mirando hacia mí mismo justamente aquí, yo no estoy en el mundo en absoluto: él está en mí. Mientras que Perseo, calzado con las Sandalias Aladas, va por todas partes, velozmente, yo soy por todas partes, instantáneamente.

(III) El Zurrón Mágico. Como Perseo, nuevamente, yo estoy provisto del Zurrón Mágico, el Vacío de aquí que está siempre acogiendo y produciendo todos los tesoros del mundo. En verdad yo soy esta Bolsa o Cuerno de la Abundancia Sin Fondo. Mi esencia misma es Capacidad, con sitio y disponibilidad para todas las formas y colores y sonidos y olores y sabores y sensaciones y pensamientos que entran y salen de Ella.

(IV) El Casco de Invisibilidad. El Casco encaja, y yo lo llevo —¡y no encuentro a nadie llevándolo! Yo desaparezco, no para los otros ahí, sino para mí mismo aquí.

SALUDOS, ROKE

Carmen dijo...

Hola Roque, que gusto verte por aquí nuevamente! y "sin cabeza" (jeje) le dí una pasada al texto pero debo leerlo con más atención.
No entiendo que es lo que querías subir, un vídeo?
De momento yo copio tu texto para releer con calma. Un beso.