Con sabor a calentito para las meigas....
por todo su sacrificio ante las cacerolas.
Ya sólo es necesario
dejar en el manjar
caer la crema
como una rosa espesa,
y al fuego
lentamente
entregar el tersoro
hasta que en el caldillo se calienten
las esencias de nuestra ría,
y a la mesa
lleguen recién casados
los sabores
del mar y de la tierra
para que ese plato
tú conozcas el cielo.
Adaptación de recetas de Afrodita.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
UMMMMMMMM........Í N T I M A S
S U C U L E N C I A S.
MUCHOS BESOS , FER.
Bueno en un plis, plas, he retrocedido una semanita. Toma ya! el viaje en el tiempo.
Y de nuevo a los pucheros! En verdad, el tiempo no existe.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo
Publicar un comentario