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El corazón es de la misma sustancia que el cielo.
Para un pensamiento alegre es
como la Estrella de los Justos, o un feliz presagio.
Para un pensamiento encolerizado es
como la tempestad y la tormenta.
Para un pensamiento compasivo es
como la brisa y el rocío.
Para un pensamiento severo es
como un sol ardiente o una helada otoñal.
Todos esos aspectos se alternan, basta con aceptar su irrupción o desaparición para sentirse libre como el universo,
de la misma sustancia que el cielo.
Hong Zicheng.
2 comentarios:
Cuando el guerrero pierde su cabeza
apunta desde el centro,
¿hacia dónde?.
Ya no encuentra a dónde lanzar sus flechas,
y vive en paz.
En plano creativo encontré algo muy bello sobre el arquero: "Una y otra vez el arquero es atravesado por flechas. Se da cuenta de su verdadera identidad: él es la presa". JODO
Un beso.
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